Los sensores inductivos de wenglor se adaptan a las aplicaciones más diferentes gracias a sus diversos modelos, materiales de carcasa y principios de funcionamiento. Estos destacan por sus grandes distancias de conmutación. Por eso, se pueden cubrir varias aplicaciones estándar con solo un modelo. Con la renuncia a piezas móviles, estos sensores no requieren mantenimiento, no se desgastan, son resistentes al agua, a la suciedad y a movimientos bruscos. Además, evitan cortocircuitos y pueden instalarse en cualquier lugar. Su vida útil es independiente de la cantidad de veces que se enciendan y del número de ciclos de medición.
Bajo la superficie activa de los sensores inductivos está colocado un circuito resonante LC. El campo electromagnético que estos generan se ve influido si se acercan metales a él (p. ej., acero, aluminio o latón). Si el objeto de metal alcanza la distancia de conmutación seleccionada, se enciende la salida.